Dentro de los Derechos Económicos y Sociales de nuestra Constitución Dominicana, tenemos el Articulo 50.- Libertad de empresa. El Estado reconoce y garantiza la libre empresa, comercio e industria. Todas las personas tienen derecho a dedicarse libremente a la actividad económica de su preferencia, sin más limitaciones que las prescritas en esta Constitución y las que establezcan las leyes.
Para fines de este articulo y por la realidad social, política y económica que esta pasando el país en este momento lo enfocaremos bajo el enfoque de las microfinanzas. Ya que fue uno de los aspectos abordados ayer en la juramentación del nuevo Presidente. la República Dominicana
Los servicios financieros son fundamentales para estimular el ahorro, fomentar la inversión económica y permitir una gestión y transferencia de riesgos eficaz. Por tanto, la exclusión financiera limita la capacidad de las personas para participar activamente en la vida social y económica de un país. La exclusión financiera contribuye entonces a esa “privación de capacidades básicas” que según el premio Nobel Amartya Sen son necesarias para expandir la libertad humana.
Según el Global Findex de 2017 del Banco Mundial, aproximadamente 1.7 millones de adultos en el mundo permanecen sin servicios bancarios, sin una cuenta en una institución financiera o mediante un proveedor de dinero móvil. En República Dominicana, aproximadamente el 44% de la población (alrededor de 4.4 millones de adultos) está excluida de los servicios financieros formales.
La clave del éxito en la inclusión financiera es una propuesta de valor que se centre en las necesidades de la población objetivo; sin embargo, para dar respuesta a las necesidades, es necesario, en primer lugar, identificar los obstáculos que impiden el acceso a los servicios financieros tradicionales. Algunos ejemplos son la informalidad de la activada económica, flujos de ingresos bajos y volátiles, fuerte dispersión geográfica, analfabetismo y escaso desarrollo de infraestructura. Incluso mayores distancias sociales, así como las diferencias entre la mentalidad urbana y rural, pueden ser obstáculos invisibles entre la oferta y la demanda.
Desde los años sesenta, con la primera iniciativa de ACCION International en Venezuela, las microfinanzas se han asegurado de dar respuesta al problema de la exclusión financiera. Si bien el fuerte desarrollo de las microfinanzas a mediados de la década de 2000, liderado por El premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus, generó una ola de optimismo en el mundo, el comienzo de 2010 marcó un punto de inflexión. Sobreendeudamiento de alguno de los beneficiarios de las microfinanzas y las ganancias excesivas generadas por las instituciones de microfinanzas (IMF) allanó el camino a las olas de críticas al sector. Después de estos años, las microfinanzas entraron en una fase de profesionalización y fortalecimiento institucional.
En 2018, 139,9 millones de prestatarios en el mundo se beneficiaron de los servicios de las instituciones de microfinanzas, en comparación con solo 98 millones en 2009. De estos 139,9 millones de prestatarios, el 80% son mujeres y el 65% son prestatarios rurales.
Hoy en día, junto con el modelo tradicional de microfinanzas, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación juegan un papel muy importante. Cabe destacar que las finanzas se basan en flujos de información. El nivel actual de progreso tanto en la telefonía móvil como en la tecnología satelital permite reducir drásticamente los costos de intercambio de información y producir una gran cantidad de datos que pueden utilizarse para mejorar los servicios financieros existentes o para crear nuevos servicios. Por ejemplo, el uso generalizado del teléfono móvil en varios países en desarrollo ha favorecido la aparición de servicios bancarios móviles. Estos servicios, a diferencia de los tradicionales, ofrecen enormes ventajas económicas tanto para los intermediarios financieros como para los clientes. Los kenianos que han migrado a áreas urbanas en busca de trabajo pueden enviar fácilmente remesas a sus familiares que residen en áreas rurales con su teléfono móvil. Los datos satelitales, por ejemplo, permitieron el desarrollo de seguros indexados en áreas donde había una disponibilidad limitada o ausencia total de información climática, o donde el evento climático a asegurar presentaba un alto nivel de complejidad.
Sin embargo, es fundamental no perder de vista el objetivo final de ofrecer valiosos servicios financieros. A mayor valor para la población que recibe el servicio, mayor impacto en la pobreza y mayor capacidad de participación en la vida económica y social.
Por Pablo Ulloa